Benjamín vivía perdidamente “enamorado” (más perdido que enamorado) de Lisset. La conoció en la universidad, y desde que la vió le pareció la chica más bella y dulce del planeta. En realidad, no era la más bella literalmente, pero el amor es así, nubla la vista. Se conocieron, se hicieron amigos, se enamoraron (más él que ella, por supuesto) y terminaron emparejados. No fue nada fácil, tuvieron que pasar largos días y meses para que el objetivo amoroso de Benjamín se hiciera realidad, incluso en ese tiempo ella ya lo había choteado más de una vez, pero él insistía e insistía hasta que ella cayó ya por cansancio.
Finalmente, terminaron juntos, y como no todo es miel sobre hojuelas se pelearon, como siempre, por una tontería y se separaron, pero otra vez regresaron, y otra vez pelearon, se separaron y regresaron nuevamente. Cada vez que peleaban, se decían que jamás querían volverse a ver, y que se arrepentían de haberse conocido. Pero no. Al final, nose como hacían, pero volvían a estar juntos.
Un día, mientras estaban en casa de Lisset tomando unos “refrescos”, abrazados, contentos y felices en el sillón, ella le dice:
-Benja, me voy de viaje.
Se hizo un silencio. Benjamín quizás no escucho bien, quizás era una ilusión auditiva o el trago tenía algo, y le pregunto de nuevo.
-Perdón, ¿Dijiste algo?
-Si, Benja, me voy de viaje.
-¿De viaje? y ¿adónde?
-Sí, tengo que irme de viaje, me iré a trabajar a Estados Unidos unos cinco meses, ya me puse de acuerdo con mis amigas, y me iré.
Benjamín quería despertarse, pero estaba super archi recontra despierto.
-¿Cómo? Este, y… ¿Cuando te vas?
-Me voy apenas acabemos las clases en la universidad, y volveré en abril, pero no te preocupes, esos cinco meses se pasan volando. Ay ¡qué emoción¡ ya quiero que llegue ese día….
Mientras ella hablaba, Benjamín estaba ya por el techo de su casa, volando. ! Estaría cinco meses sin ella ¡y él no aguantaba estar ni un solo día sin verla, y encima sería durante todas las vacaciones de verano. Para él, cinco meses, un año, una década, un siglo, una vida daba lo mismo. Además, no podía creer la naturalidad con que decía “esos cinco meses se pasan volando” y “ya quiero que llegue ese día”. Joder. Y lo peor era que si bien se iba en plan de trabajo, también se iría en plan de joda, diversión, y de encontrar algún “affair” para dar rienda suelta a sus bajas pasiones (que son las mejores) y que por supuesto él sería el último hueverto en enterarse, si acaso se entera.
Benjamín no podía hacer nada. Ni siquiera le planteó la posibilidad de acompañarla, porque, seguro, lo que ella menos quería era tener al novio al costado durante todo el viaje. Era el fin.
(…)
Llegó el día D, y ella se fue contenta y feliz con sus amigas, a diferencia de él, que quedó de luto, echo miércoles, pues lo dejaba a su suerte por cinco interminables meses. Y meses que sabe Dios, que haría por gringolandia. Era el fin, era insoportable, ya nada sería lo mismo.
Pasaron los días. Benjamín no tenía ganas de nada, se pasaba los fines de semana solo en su casa a pensar el sentido de la vida sin Lisset. En ese momento suena su celular, seguro es ella, llamando para decirle lo mucho que ya lo extraña, que se arrepiente de haber viajado, que quiere que tome el primer avión para estar junto a ella. Entonces, Benjamín alista voz de locutor de radio “La Inolvidable”, espera a que suenen un par de timbradas más y dice:
-Aló.
- Benjamín. Habla Daniel (su mejor amigo), ¿Qué haces huevón? Hay un tono en la casa de Orson, vente pues, al toque.
(¡Tú y el tono se pueden irse a la rep...dre!, piensa benjamín.)
-La verdad no tengo ganas, hablamos otro día, ok.
-Ya pues broder, vente. Orson se va a poner diez cajas de chelas, además tengo una amiga de infarto que quiero presentarte, te quiere conocer, alucina.
- Así, ¿Porque a mí? Gracias Dan, pero no estoy de humor.
-Está buenota, para que distraigas la mente broder.
-¿Y Como se llama?
-Se llama Lisset.
-Porque no te vas a la Mierda…
-No, en serio Huevón…ya pues, oe nunca salimos y cuando puedo me sales con esto, alistate nomás y no no jodas.
-Ya está bien, paso por tu casa en una hora. ¿Contento?
-Chévere Benja, te esperamos.
Benjamín se alista de mala gana, y sale a tomar un taxi. En el camino, a la casa de Orson, piensa que ya nada sería igual, que ella no lo quería, que la relación se cagaría, que todo se iría al carajo, que le pondría los cuernos, y que ya nada sería lo mismo. En conclusión, el mismo rollo de siempre.
[…]
Pasaron los cincos meses, y efectivamente ya no era lo mismo. El tiempo, (y la falta de comunicación e interés de Lisset) habían hecho su trabajo. Benjamín se había olvidado de ella casi por completo, y digo casi porque solo quedaba un recuerdo que no producía nada. Ahora le daba igual saber de ella o no. Benjamín volvió a sentirse bien, feliz gracias a una chica preciosa, con una sonrisa capaz de hacer salir el sol en pleno invierno, que conoció en la fiesta a la cual jamás hubiera ido si Lisset no se hubiera ido de viaje.
Roberto Carlos (no el futbolista) decía que el tiempo convierte el amor en casi nada, y la verdad sea dicha no deja de tener razón, es lo más cierto que existe. El tiempo es el mejor aliado que uno tiene para hacer que ese amor desbordado que uno sentía por una persona se convierta en un recuerdo casi olvidado que no produce nada. Y digo casi es porque al fin y acabo, no desaparecerá del todo y quedara algo que recordarás, quizás te rías con las idioteces que hacías por amor, o también como cagabas las cosas por recuperar ese amor perdido, y te pondrás a escribir todo eso como una forma de liberarte de aquellos recuerdos. Recordarás también, que en un momento pensabas que jamás la olvidarías, que sería la última mujer de tu vida y que la única manera para que volvieras a ser feliz y el mismo de antes era que volviera, si es que se fue. Gracias a Dios, nunca más volvió.
[Está canción no se que tenga que ver con el post, pero me trae muchos recuerdos, disfrútenla.]
[También quiero agradecer al blog de Mujeres de mundo por el polo, está bravazo. La verdad jamás pensé ganar el concurso, porque nunca he ganado nada en ningún concurso, y esta no podía ser la excepción. A veces se gana, otras veces se pierde, y esta vez, gracias al apoyo de las persona que votaron por mi, me toco ganar. Miles de gracias a todos.]