[Wow, me salió un post brutalmente largo para solo una noche de disco, en fin. Si gustan lo leen todo y sino, mejor.]
Benjamín quería distraer su mente, y que manera más efectiva de distraer la mente que conociendo nuevas chicas. Ya se había cansado de salir con sus mismos amigos y amigas de siempre, quería por una vez (y varias) salir de su círculo habitual y experimentar nuevas aventuras; y que mejor lugar para conocer nuevas chicas (y con el plus de que casi la mayoría dispuestas a todo) que en una discoteca. Una discoteca es el mejor lugar para encontrar chicas lindas al por mayor; y no tan lindas, pero que una disco las hace lindas (recuerda que cada una de ellas se toma una hora como mínimo, en el 99 % de los casos, en producirse solo para que tú la veas).
De manera que, Benjamín decide con un par de amigos, para el sábado por la noche, ir de casería a "Drama", una discoteca nice a orillas del mar, donde absolutamente por cualquier lugar donde veas vas a encontrar chicas guapas y vestidas para que te de un infarto (sobre todo en verano). Así que si sufres del corazón no te recomiendo ir, y menos si hay un desfile o una exhibición de pole dance, ahí si te da un paro y mueres.
Era recién lunes, Benjamín reza para que ya sea sábado, y llegó el sábado. Él, feliz de la vida, alucinándose todo un playboy Casanova inicia con los preparativos, pensando que esa noche encontraría a la mujer con la que siempre había soñado casarse, formar una familia y vivir feliz hasta que la muerte los separe (esa mujer tenía que ser la hermana gemela perdida de su amor platónico, Aishwarya Rai). Sin embargo, lo que Benjamín no tomaba en cuenta, es que como él habían 199 depredadores (masomenos la cantidad de hombres que pueden entrar en esa disco) que también se preparaban en busca de una chica con la cual pasarla bien (y algo más). Pero bueno, él se creía el único, pero no, tenía bastante competencia.
Llega el sábado y arrancan los preparativos, todos van al gym justo ese día, todos se dan un buen baño, todos se dan una buena afeitada, todos se echan el perfume de Cristian Meyer; toalla en la cintura, todos practican frente al espejo la mirada matadora, todos se ponen la camisa más sexy que tienen, todos practican frases originales, todos van al banco a sacar plata (unos más que otros, es que para ir en plan de abordaje a Drama hay que ir forrado, pues es una disco relativamente cara) y etcétera. Todos esos 199 tipos van en busca de una mujer, quizás la misma que busca Benjamín. Como ven habrá demasiada oferta, y como hay tantos que estaran detras de cada chica, se pondrán extremadamente selectivas, y le dirán next a cualquiera (a veces sin decirle ni una palabra) sino no cumple con los requisitos mínimos, total cada chica tendrá para elegir entre esos 200 hombres que estarán en la disco. Y, precisamenteme, Benjamín no tiene todas las de ganar.
Benjamín no había sido bendecido precisamente con la belleza de Apolo, no es un chico del primer impacto, pero tampoco es un macaco como Hefesto (un Dios griego bastante horrible); digamos que es físicamente simpático, nada más. Además, tenía algunas debilidades, como por ejemplo, que no era bueno en el juego del flirteo (conquistar o enamorar a una chica), además que no era bueno en los bailes de moda, porque solo andaba metido en cuestiones de rock and roll, y por ende nunca escuchaba latin pop, ni merengue, y menos cumbia, y por eso no iba a discotecas; además, que su carácter tiende a ser poco alegre, serio, ensimismado, misterioso y callado. Entonces, todos se preguntaran ¿qué tiene de bueno? Pues nada.
Sin embargo, Benjamín desde que Cupido lo flechó se vio obligado a hacer cambios en su vida, y así lo hizo. Para comenzar, toda su ideología y principios de rock and roll, methal, punk los mandó al tacho de basura, y , obligado tuvo que aprender a bailar merengue, salsa, cumbia, ritmos caribeños, etcétera, y lo más importante, a practicar una sonrisota kolinos en el espejo cada vez que se lavaba los dientes. Pero bueno, esa es otra historia que conté en el post Era amor y nada más (si gustan lo leen y si no, mejor).
Volviendo al tema, Benjamín termina de alistarse, sale a la calle, para un taxi, rumbo al cielo, digo la discoteca. Una vez que llega, algo tarde, divisa una cola inmensa de gente afuera. Todos ellos entran en lista, pero él no tiene paciencia, ya era tarde. Su impaciencia le cuesta una entrada para nada despreciable, pero que vale la pena. Digamos, que con el dinero que paga solo por una entrada podría tranquilamente alcoholizarse en "Producto Peruano", un sauna con discoteca incluida.
Una vez adentro, mira el panorama, un lugar de poca luz, humo de cigarrillo, música electrónica estridente, y lo más importante, chibolas lindas por doquier. Benjamín, hace el esfuerzo de buscar a una chica no tan linda, pues no lo puede creer, pero fracasa. No encuentra a ninguna, pues absolutamente todas las chicas están 15 puntos para arriba (aprobadas). Lo primero que hace es ir a comprar un trago para calentar motores, y se topa con otra mini cola, pero la hace sin ningún problema. Luego se dirige a la barra, y le pide al barman un pisco sour. Mientras espera que se lo preparen, distrajo la vista con un par de diablitas muy risueñas que estaban bailando juntas y toqueteándose un poco, muy cerca a la barra. Que viva la libertad sexual carajo, piensa Benjamín, mientras observaba ese espectáculo impúdico.
-Caballero, su trago. Dice el Barman amablemente.
(...)
-¡Caballero, su trago! Repite el Barman por cuarta vez, algo molesto.
-Este, disculpa broder...gracias. Reacciona Benjamín.
El ambiente es muy bueno, con música electrónica demasiado tonera, buenos tragos y ni que decir de las mujeres. Benjamín toma su trago para empilarse y comenzar a dejar de ser él mismo. Porque, si te quieres ganar esa noche a la chica que realmente buscas en las condiciones que brinda una discoteca, a menos que te parezcas a Brad Pitt en "Leyendas de pasión", o bailes como Chayanne, no es suficiente ser tu mismo, mejor dicho !no seas tú mismo¡. En otros lados quizás te baste ser tú mismo para ligar, pero en una disco no. De manera que, unos sorbos de pisco sour bastan para que Benjamín finja ser alguien que no es o sea un tipo, aunque ustedes no lo crean, carismático, pero sin llegar a ser tan antipático como el Chacota de Cristal.
De pronto su radar emite una señal inequívoca. De la nada voltea, y ve a una pelirroja bailando con sus amigas, de repente no es la mujer de sus sueños, pero que con el humo, la música estridente y las luces la chica parece una diosa ante los ojos de Benjamín, que se queda con la mandíbula abierta, señal inequívoca del impacto visual. La chica es muy guapa, de pelo chocolate rojizo, y con un sonrisa, que por si sola ilumina ese antro de poca luz.
En eso Benjamín, ve a un tipo que intenta abordarla, tenía su pinta, pero la chica no le hace caso, y sigue su camino. Luego, ella se encuentra con sus amigas, y empiezan a hablarse al oído y luego a bailar entre ellas. Benjamín, para no perderles el rastro, trata, ante la multitud, de acercarse disimuladamente hacia ella "bailando" también. Una vez cerca, y haciendo un gran esfuerzo logra escuchar que sus amigas la llaman con el nombre de Maite. Luego divisa, que viene otro tipo, que viéndola bailar sola, de la manera más amable que pueda existir la invita a bailar, pero ella se niega nuevamente esbozando una sonrisita hipócrita "no, gracias", él insiste, pero ella hace una mueca como diciendo "agh, me ves con cara de querer bailar contigo", y eso basta para que el tipo se aleje. Benjamín celebra esa actitud, pero también temía correr la misma suerte. Sería fatal que lo manden al diablo a la primera.
Ella seguía bailando con sus amigas, muy feliz, levantando las manos cigarro en mano como una loca, y eso derretía más a Benjamín. Luego de un par de canciones, Maite con sus amigas salen a la terraza, que es un ambiente despejado al aire libre que tiene la disco, donde se puede conversar y tomar unos tragos tranquilamente. Maite quería inmortalizar el momento, así que empieza a tomarse miles de fotos con sus amigas, fotos que luego pasarían, con escala en el photoshop, al Facebook.
La oportunidad había llegado, ya no había más tiempo que perder. Lo primero que piensa Benjamín, es generar un accidente casual, un contacto físico, de manera que se pueda dar la oportunidad de intercambiar algunas palabras. Al inicio cree que la mejor manera de hacer el contacto era bailando, pero luego se arrepiente, quedaría como un estúpido. De solo pensarlo, ya quiere que se lo trague la tierra. De modo que, cambia su estrategia, y sigilosamente, mientras conversaba con unos amigos y como quien no quiere la cosa, se acerca y se coloca de espaldas muy cerca a su grupo de amigas.
De pronto, una de sus amigas, la que toma las fotos, tropieza con Benjamín. Él se voltea, se miran, y luego ella le dice:
- Sorry.
- No te preocupes, dice Benjamín, y luego añade:
-¿Quieren que les tome una foto a todas juntas?
-Si, porfa, gracias. Dice Maite muy contenta. (Al fin alguien les había leído el pensamiento).
-Júntense más. Ya está.
-Te pasaste, ¡gracias! ¿Nos puedes tomar otras fotos?, porfis.
-Sí, claro. Listo.
-¡Gracias!, puxa no hay mesas libres, ahora ¿qué hacemos? Comenta Maite con sus amigas.
-He venido con un par de amigos, pero se han desaparecido, prácticamente estoy solo en esta mesa, si quieren la podemos compartir. Sugiere Benjamín.
-Ya mostro, eres divino. Dice Maite, mientras coloca sus cosas en la mesa.
-¿Quieren que les invite algo de tomar?
-Así, ya normal, chévere. Creo que mis amigos iban a traer trago, pero, igual gracias.
Todo estaba saliendo perfecto, aunque aun tenía que ser cauto porque aun lo podían mandar al diablo. Como no todo podía ser color de rosa, llegan sus amigos, trayendo un par de botellas de tequila "Jose Cuervo", seguro para embriagarlas y aprovechar ese estado, y dar riendo suelta a sus bajas pasiones (que son las mejores). Benjamín ve que esas chicas, al parecer tranquilas, están dispuestas a tomarse todo ese tequila. Él les advierte que no se lo tomen muy rápido, pues corren el riesgo de acabar en el baño vomitando y no disfrutar la fiesta. Sus amigos no les dicen nada, no les conviene, y comienzan a servirles vaso tras vaso, ellas no hacen caso al consejo de Benjamín, y al cabo de un rato el tequila cobra su primera víctima, su amiga Lucia no podía más y tuvo que irse a casa temprano. En realidad, a Benjamín no le importaban las amigas, solo se preocupa por Maite, y en enseñarle en como tomar el tequila.
Benjamín, se acopla al grupo, y hablan, toman, se ríen, se divierten y se toman fotos. Tantos tequilas y vodkas están haciendo efectos en el estómago de Benjamín, así que decide ir al baño. No le avisa a nadie y simplemente desaparece del grupo de Maite. Llega al baño y lo encuentra echo mierda, lleno de chibolos y apestando a marihuana. Uno de los que andaba por ahí le dice a unos sus amigos: "oe huevón metete unos tiros y vas a quedar parado toda la noche, vas a ver", el otro contesta sin el menor titubeo, "ya pásatelos". El país no tiene futuro, y él tampoco, piensa Benjamín.
Había comenzado la hora punta del baile, hora en que todo el mundo empieza a bailar enloquecida por la música electrónica, y en donde del techo caen pica pica y globos largos, y del suelo sale humo de utilería. Benjamín, sale del baño, compra unos cigarros y, luego busca a Maite, y la encuentra bailando con sus amigas y amigos. Bailan en grupo, no hay parejas. Benjamín, enciende su cigarro y empieza a bailar junto a ellas. El Dj pone una electrónica, pero cuerpo se mueve al ritmo de hip hop, merengue, break dance y el paso de "la malagua" del Puma Carranza. Pero que importa cómo se baile, lo importante es divertirse, es su filosofía (de consuelo).
En eso se encuentra con Maite, él se le acerca, y empiezan a bailar juntos. Ella pone sus dos manos sobre su cuello, y él la agarra de la cintura, ambos se ríen, ambos están locos, y siguen bailando entre la multitud enloquecida. De pronto, sus amigas la jalan, y se va con ellas, Benjamín, en silencio, recuerda a las madres de sus amigas con cariño. Luego se sienta en el sillón, enciende un cigarro y observa como bailan. Estaba a un paso de la gloria, pero también piensa que de repente esta tan solo jugando con él, en realidad ambos juegan, ambos se divierten.
Acaba la música, y Maite se sienta a su lado, esta cansada de tanto bailar. Intenta hablarle a Benjamín, pero con la música tan estridente, no puede oír ni un carajo lo que dice. Entonces, Benjamín la empieza a mirar fijamente con un aire de seriedad y misterio, la coge de la mano y salen a bailar nuevamente. Mientras bailaban, ya algo más suave, digamos merengues, empiezan a conversar.
- ¿Cómo te llamas? pregunto ella.
- Me llamo Benjamín. Y tú te llamas Maite ¿no?
- Si, ¿cómo sabias?
- Lo escuche de tus amigas. ¿Tu novio no vino contigo?
- No pudo, estaba cansado.
En realidad, Maite no tenía novio. Y si parecía que le gustaba ¿porque le dijo que tenia novio? La verdad, yo tampoco tengo ni idea, quién entiende a las mujeres, en fin. Obviamente, Benjamín no le creyó, pero le siguió la corriente. También qué novio dejaría a una chica tan guapa y coqueta ir sola a una discoteca llena de depredadores, tendría que ser un perfecto idiota, pero a ellas les gustan así, idiotas, y Benjamín no estaba muy lejos de serlo.
Siguen bailando, hablando, tomando y divirtiéndose. Ella se ríe y Benjamín siente que nunca antes la había pasado tan bien como la estaba pasando con ella.
- Te ves muy feliz engañando a tu novio. Dice Benjamín.
- jaja, tonto, oie ¿Vamos a tomarnos unas fotos a la terraza Malboro?
- Ya, vamos...
La terraza Malboro, es un lugar de la discoteca donde te toman fotos de estudio, para que inmortalices tu noche de juerga. Maite llama a sus amigas, pero ellas no quieren, ya no tienen cara, por culpa del tequila que sus amigos trajeron. De manera, que solo se van ellos dos, se toman un par de fotos y vuelven a la pista de baile. Maite esta imparable, así que otra vez empiezan a bailar, hablar, y en general a pasarla bien juntos, se notaba que había mucha química.
(...)
Cuatro y media de la mañana. Sentados en un sillón, ya eran prácticamente una pareja de enamorados, muy acaramelados. Benjamín, ya no podía conjugar bien el sujeto y predicado de sus oraciones, de modo que decidió hablar en otro tipo de idioma, que dice más que unas simples palabras: los besos. ¡A la mierda! prefiero arrepentirme de hacerlo que de no hacerlo, pensaba Benjamín dándose valor que por lo general no tenía. De pronto ella recibe una llamada.
-Aló mamá, ¿ya vienen?, esta bien dentro de 15 minutos.
-¿Como, ya te vas?, si aún es temprano.
-Sí, bueno, a mis padres no les gusta que me quede muy tarde, luego no me dejan salir.
-¿Tú crees que nos volvamos a ver?
-Pues no lo sé, quién sabe.
-A mi me gustaría.
-jaja a mi también, oie que hacemos acá sentados, vamos a bailar, que ya me voy.
El tiempo se pasa volando, y ella recibe una llamada, ya la esperaban. Les avisa a sus amigos que se tiene que ir, y ellos tambien deciden irse. Alistan su cosas, se abrigan, y una vez que llegan a la puerta trasera de la discoteca, Maite le dice a Benjamín:
- Bueno, ya me tengo que ir. Me he divertido mucho contigo, eres lindo, sabes....
- Tu más, la he pasado de lujo también.
En la despedida, ambos se miran fijamente, Maite sonríe, Benjamín acerca su rostro al rostro de Maite e intenta darle un beso. Ella, se niega, y le dice que no puede porque tiene novio.
-Él no tiene porque saberlo.
-Sí, pero igual, mis amigas me están viendo.
-Bueno, esta bien...suerte
En eso Maite se acerca a Benjamín, rosa sus labios con los de él y le da un piquito.
-Ahora si me tengo que ir, Benja, me están esperando.
Ella sale de la discoteca, con todos sus amigas, que también se van con ella, las dejará en su casa, es un amor. Benjamín, se toca los labios, y empieza a sentir algo que hace tiempo no sentía, y que era algo parecido a la felicidad. Luego regresa a la disco y busca a sus a amigos, para tomar algo e irse también, ya no tenía sentido quedarse. Cuando de pronto:
-¡Mierda!
Benjamín sale corriendo afuera, no le importa que ya no lo dejen entrar, logra verla, y le grita:
-¡Maite!
-Pucha que estúpido que soy. Maite, este... que te parece si me das tu número, y nos hablamos luego, con más tranquilidad, con la bulla no pudimos hablar casi nada ¿qué dices?
-Y si no quiero. Dice Maite en clave de humor.
-Pues, no me veras nunca más.
-Mejor jaja, mentira, está bien anótalo es XXXX-XXXX
-Bueno, ahora si me voy, bye, cuídate.
Benjamín estaba comenzando a ser el mismo, se había olvidado lo idiota que podía ser a veces. Ya no podía entrar a la discoteca, no lo dejarían, así que no le queda otra opción que irse. Toma un taxi, y en el camino piensa que ha tenido mucha suerte, que ha encontrado a una chica guapa, deliciosamente loca y que se veía feliz engañando al novio que no tenía. Benjamín empezó a sentir una sensación rara, quizás estaba empezando a quererla de una manera que creyó ya no existía en lo más profundo de sus entrañas.
(...)
Como menciones al inicio Benjamín había salido solo a distraer la mente, pues se había peleado con su enamorada, y ello le había puesto la mente a mil, que si no la distraía corría el riesgo de hacer cagadas. De manera que se fue a una disco, y tuvo la suerte de encontrar a una chica que se interese en él (si le da su teléfono es por algo, además le dió un pico, señal que le debe gustar). Si bien es cierto una discoteca es un lugar donde puedes encontrar miles de chicas, no necesariamente te vas a ganar a una, pero hay excepciones.
[Los dejo con "Illusion" de Benny Benassi y "Antro selectro-on", demasiado toneras.]
[Con ustedes, mi amor plutónico, Aishwarya Rai. La mujer más bella de la India y del mundo en opinión de muchos, y la mía porsupuesto.]