Dicen que no hay mejor regalo que aquel hecho por uno mismo y con el corazón. Sin más palabras, este es el regalito para ti por Navidad.
sábado, 24 de diciembre de 2011
martes, 20 de julio de 2010
El amor es como la bicicleta
El amor es como la bicicleta, en la que hay que pedalear y pedalear, manteniendo el equilibrio sino corres el riesgo de caerte y romperte(le)….el corazón.
La primera vez que nuestra enamorada nos deja, chica de la cual estas perdidamente enamorado (más perdido que enamorado), caemos en la más profunda y colosal depresión. El apocalipsis llega a tu vida, trayendo huracanes, tornados, hecatombes y terremotos que arrasan tu ecosistema emocional, no dejando nada a su paso. En ese momento, te sientes sólo, damnificado, vulnerable a merced del diluvio universal. El solo hecho de no volver a ver a la que iba a ser la “mujer de tu vida” nunca más, te genera un vacío inacabable, una estocada en el empeine, un dolor interminable que se encierra entre las cuatro paredes de tu habitación. Luego, como eres autodestructivo, quieres recordarla y enciendes la radio y pones “My heart will go on” de la película Titanic, como para ponerle la cereza al pastel del sufrimiento. Claro, si luego de todo esto no te suicidas, el resto de la semana es como si lo hubieses hecho, estarás muerto en vida. Sin ganas de estudiar, de trabajar, de comer, de salir con tus amigos, de conocer otras chicas, con ganas absolutamente de nada, un zombi, una piltrafa humana.
Como ya estás muerto, ahora sigue tu periodo de luto. Que puede durar días, semanas, meses, incluso años dependiendo de que tan fuerte hayas estado involucrado. Al inicio del periodo estarás pensando en todas las mil y un razones del porque coño te dejo. Quizás por incompatibilidad de caracteres, quizás porque descubrió una affaire tuyo, quizás porque ya no le gustaste más, quizás porque eras demasiado posesivo y la aburriste, quizás porque andabas de joda en joda y le dabas la última prioridad a ella, en fin miles de razones que podrían ser la excusa perfecta de ella para encubrir la verdadera y suprema razón: que te dejo por otro, que es mejor que tú. (En buen cristiano, que lo hace mejor que tú).
En fin, razones hay miles, pero ella te dejo, no a través de una conversación definitiva como debe ser, sino a través del Messenger. Tú eres más chapado a la antigua y esperabas que te lo dijera en tu cara, pero no, te dejo hecho mierda y te eliminó del Messenger, sin chance de dar una explicación. Si sabes que tuviste culpa, lo único que se te va a pasar por la cabeza es ir corriendo a hablar con ella personalmente, de solucionar el problema, de que ella recapacite en su decisión y que vuelva contigo, y así resucites de entre los muertos. Piensa por un instante, que una chica que te deja, si tiene un mínimo de dignidad, ni cagando va a querer regresar contigo, hagas lo que hagas, si tú tuviste mucho de culpa en la ruptura, y sino tuviste nada de culpa tampoco va a querer regresar contigo. Así son las mujeres, nadie las entiende, ni Dios.
Vas a escribirle toneladas de correos, la vas a llamar, pero nada, no te contestará. La buscarás a su casa y no te abrirá la puerta. Un amigo inteligente te dice, que lo mejor es que no hagas nada, que lo dejes ahí. Pero no, te han quitado una parte de ti, sientes dolor, y la única forma de desaparecerlo es que ella vuelva. Obviamente todo tu esfuerzo va a ser en vano, es más, en vez de mejorar las cosas, las vas a empeorar, debido a que en la cabeza no tienes un cerebro para pensar, sino tienes un corazón hecho mazamorra para cagarla más. Acercarte a ella con el fin de resucitar entre ambos algo que esta muerto, la asfixia, la ahoga, la sofoca lo cual va a desencadenar que en vez la chica recapacite en su decisión, termine odiándote más, y restregándote en la cara que te dejo por otro, que es mejor que tú (lo que equivale a decir que lo hace mejor que tú), lo que sería el acabose, el jaque mate, un disparo a quemarropa, la muerte definitiva para un macho que se respete.
Pero tú eres un animal autodestructivo y no piensas en eso, simplemente quieres que vuelva contigo. Quieres volver a ser feliz, quieres resucitar, quieres vivir y la única forma que eso ocurra es que ella vuelva contigo. Eso nunca ocurre. Tú eres el único huevas triste. Ella esta bailando en una discoteca como si nada hubiese pasado tomándose un Apple Martini. En ese momento te diste cuenta que eras totalmente prescindible para ella; mientras que para ti, ella lo era todo. Lejos de odiarla, la admiras. Tu quisieras ser así, te aburriste de ti. Si ella nunca te quiso por lo que fuiste, mejor, tu tampoco quisiste ser así.
[Bueno, la siguiente canción no tiene nada que ver con el tema, pero la pongo porque me gusta. Un versión diferente de “One love” de U2. Disfrútenla.]
[La foto de arriba es de Kate Mellersh, que encontré en Flrick.]
sábado, 5 de septiembre de 2009
Se me olvidó que ya te olvidé
Benjamín vivía perdidamente “enamorado” (más perdido que enamorado) de Lisset. La conoció en la universidad, y desde que la vió le pareció la chica más bella y dulce del planeta. En realidad, no era la más bella literalmente, pero el amor es así, nubla la vista. Se conocieron, se hicieron amigos, se enamoraron (más él que ella, por supuesto) y terminaron emparejados. No fue nada fácil, tuvieron que pasar largos días y meses para que el objetivo amoroso de Benjamín se hiciera realidad, incluso en ese tiempo ella ya lo había choteado más de una vez, pero él insistía e insistía hasta que ella cayó ya por cansancio.
Finalmente, terminaron juntos, y como no todo es miel sobre hojuelas se pelearon, como siempre, por una tontería y se separaron, pero otra vez regresaron, y otra vez pelearon, se separaron y regresaron nuevamente. Cada vez que peleaban, se decían que jamás querían volverse a ver, y que se arrepentían de haberse conocido. Pero no. Al final, nose como hacían, pero volvían a estar juntos.
Un día, mientras estaban en casa de Lisset tomando unos “refrescos”, abrazados, contentos y felices en el sillón, ella le dice:
-Benja, me voy de viaje.
Se hizo un silencio. Benjamín quizás no escucho bien, quizás era una ilusión auditiva o el trago tenía algo, y le pregunto de nuevo.
-Perdón, ¿Dijiste algo?
-Si, Benja, me voy de viaje.
-¿De viaje? y ¿adónde?
-Sí, tengo que irme de viaje, me iré a trabajar a Estados Unidos unos cinco meses, ya me puse de acuerdo con mis amigas, y me iré.
Benjamín quería despertarse, pero estaba super archi recontra despierto.
-¿Cómo? Este, y… ¿Cuando te vas?
-Me voy apenas acabemos las clases en la universidad, y volveré en abril, pero no te preocupes, esos cinco meses se pasan volando. Ay ¡qué emoción¡ ya quiero que llegue ese día….
Mientras ella hablaba, Benjamín estaba ya por el techo de su casa, volando. ! Estaría cinco meses sin ella ¡y él no aguantaba estar ni un solo día sin verla, y encima sería durante todas las vacaciones de verano. Para él, cinco meses, un año, una década, un siglo, una vida daba lo mismo. Además, no podía creer la naturalidad con que decía “esos cinco meses se pasan volando” y “ya quiero que llegue ese día”. Joder. Y lo peor era que si bien se iba en plan de trabajo, también se iría en plan de joda, diversión, y de encontrar algún “affair” para dar rienda suelta a sus bajas pasiones (que son las mejores) y que por supuesto él sería el último hueverto en enterarse, si acaso se entera.
Benjamín no podía hacer nada. Ni siquiera le planteó la posibilidad de acompañarla, porque, seguro, lo que ella menos quería era tener al novio al costado durante todo el viaje. Era el fin.
(…)
Llegó el día D, y ella se fue contenta y feliz con sus amigas, a diferencia de él, que quedó de luto, echo miércoles, pues lo dejaba a su suerte por cinco interminables meses. Y meses que sabe Dios, que haría por gringolandia. Era el fin, era insoportable, ya nada sería lo mismo.
Pasaron los días. Benjamín no tenía ganas de nada, se pasaba los fines de semana solo en su casa a pensar el sentido de la vida sin Lisset. En ese momento suena su celular, seguro es ella, llamando para decirle lo mucho que ya lo extraña, que se arrepiente de haber viajado, que quiere que tome el primer avión para estar junto a ella. Entonces, Benjamín alista voz de locutor de radio “La Inolvidable”, espera a que suenen un par de timbradas más y dice:
-Aló.
- Benjamín. Habla Daniel (su mejor amigo), ¿Qué haces huevón? Hay un tono en la casa de Orson, vente pues, al toque.
(¡Tú y el tono se pueden irse a la rep...dre!, piensa benjamín.)
-La verdad no tengo ganas, hablamos otro día, ok.
-Ya pues broder, vente. Orson se va a poner diez cajas de chelas, además tengo una amiga de infarto que quiero presentarte, te quiere conocer, alucina.
- Así, ¿Porque a mí? Gracias Dan, pero no estoy de humor.
-Está buenota, para que distraigas la mente broder.
-¿Y Como se llama?
-Se llama Lisset.
-Porque no te vas a la Mierda…
-No, en serio Huevón…ya pues, oe nunca salimos y cuando puedo me sales con esto, alistate nomás y no no jodas.
-Ya está bien, paso por tu casa en una hora. ¿Contento?
-Chévere Benja, te esperamos.
Benjamín se alista de mala gana, y sale a tomar un taxi. En el camino, a la casa de Orson, piensa que ya nada sería igual, que ella no lo quería, que la relación se cagaría, que todo se iría al carajo, que le pondría los cuernos, y que ya nada sería lo mismo. En conclusión, el mismo rollo de siempre.
[…]
Pasaron los cincos meses, y efectivamente ya no era lo mismo. El tiempo, (y la falta de comunicación e interés de Lisset) habían hecho su trabajo. Benjamín se había olvidado de ella casi por completo, y digo casi porque solo quedaba un recuerdo que no producía nada. Ahora le daba igual saber de ella o no. Benjamín volvió a sentirse bien, feliz gracias a una chica preciosa, con una sonrisa capaz de hacer salir el sol en pleno invierno, que conoció en la fiesta a la cual jamás hubiera ido si Lisset no se hubiera ido de viaje.
Roberto Carlos (no el futbolista) decía que el tiempo convierte el amor en casi nada, y la verdad sea dicha no deja de tener razón, es lo más cierto que existe. El tiempo es el mejor aliado que uno tiene para hacer que ese amor desbordado que uno sentía por una persona se convierta en un recuerdo casi olvidado que no produce nada. Y digo casi es porque al fin y acabo, no desaparecerá del todo y quedara algo que recordarás, quizás te rías con las idioteces que hacías por amor, o también como cagabas las cosas por recuperar ese amor perdido, y te pondrás a escribir todo eso como una forma de liberarte de aquellos recuerdos. Recordarás también, que en un momento pensabas que jamás la olvidarías, que sería la última mujer de tu vida y que la única manera para que volvieras a ser feliz y el mismo de antes era que volviera, si es que se fue. Gracias a Dios, nunca más volvió.
[Está canción no se que tenga que ver con el post, pero me trae muchos recuerdos, disfrútenla.]
[También quiero agradecer al blog de Mujeres de mundo por el polo, está bravazo. La verdad jamás pensé ganar el concurso, porque nunca he ganado nada en ningún concurso, y esta no podía ser la excepción. A veces se gana, otras veces se pierde, y esta vez, gracias al apoyo de las persona que votaron por mi, me toco ganar. Miles de gracias a todos.]
martes, 18 de agosto de 2009
Soy de Arequipa
Definitivamente este es un gran recuerdo, las serenatas arequipeñas. El sábado pasado se celebró a lo grande el 469º aniversario de este bella ciudad de un espectacular cielo azul. Las celebraciones empezaron el viernes 14, en la noche, con las serenatas, mismo recibimiento del año nuevo: con conciertos, bailes, tragos, fuegos artificiales y cuenta regresiva para celebrar un año más de existencia de esta bella ciudad.
Es la primera vez que paso un aniversario en Arequipa, y me he quedado impactado del ambiente de fiesta que se vive durante una semana, teniendo como día central el sábado.
Este es un pedacito de lo que grabé de la serenata en uno de los tres escenarios que había por toda la ciudad. El tema es "Soy de Arequipa" interpretada por la increíble voz de la arequipeña María Antonieta Dávalos. La calidad de la imagen no es muy buena (lo grabé con mi celular, no se puede pedir mucho), pero el audio es increíble.
Un gran recuerdo, y espero la disfruten como, definitivamente, lo hice yo.
[Los dejo con otro video, interpretado por los mismos Dávalos. Para que conozcan un poco más a mi Arequipa querida.]
jueves, 16 de julio de 2009
Noche de discoteca
[Wow, me salió un post brutalmente largo para solo una noche de disco, en fin. Si gustan lo leen todo y sino, mejor.]
Benjamín quería distraer su mente, y que manera más efectiva de distraer la mente que conociendo nuevas chicas. Ya se había cansado de salir con sus mismos amigos y amigas de siempre, quería por una vez (y varias) salir de su círculo habitual y experimentar nuevas aventuras; y que mejor lugar para conocer nuevas chicas (y con el plus de que casi la mayoría dispuestas a todo) que en una discoteca. Una discoteca es el mejor lugar para encontrar chicas lindas al por mayor; y no tan lindas, pero que una disco las hace lindas (recuerda que cada una de ellas se toma una hora como mínimo, en el 99 % de los casos, en producirse solo para que tú la veas).
De manera que, Benjamín decide con un par de amigos, para el sábado por la noche, ir de casería a "Drama", una discoteca nice a orillas del mar, donde absolutamente por cualquier lugar donde veas vas a encontrar chicas guapas y vestidas para que te de un infarto (sobre todo en verano). Así que si sufres del corazón no te recomiendo ir, y menos si hay un desfile o una exhibición de pole dance, ahí si te da un paro y mueres.
Era recién lunes, Benjamín reza para que ya sea sábado, y llegó el sábado. Él, feliz de la vida, alucinándose todo un playboy Casanova inicia con los preparativos, pensando que esa noche encontraría a la mujer con la que siempre había soñado casarse, formar una familia y vivir feliz hasta que la muerte los separe (esa mujer tenía que ser la hermana gemela perdida de su amor platónico, Aishwarya Rai). Sin embargo, lo que Benjamín no tomaba en cuenta, es que como él habían 199 depredadores (masomenos la cantidad de hombres que pueden entrar en esa disco) que también se preparaban en busca de una chica con la cual pasarla bien (y algo más). Pero bueno, él se creía el único, pero no, tenía bastante competencia.
Llega el sábado y arrancan los preparativos, todos van al gym justo ese día, todos se dan un buen baño, todos se dan una buena afeitada, todos se echan el perfume de Cristian Meyer; toalla en la cintura, todos practican frente al espejo la mirada matadora, todos se ponen la camisa más sexy que tienen, todos practican frases originales, todos van al banco a sacar plata (unos más que otros, es que para ir en plan de abordaje a Drama hay que ir forrado, pues es una disco relativamente cara) y etcétera. Todos esos 199 tipos van en busca de una mujer, quizás la misma que busca Benjamín. Como ven habrá demasiada oferta, y como hay tantos que estaran detras de cada chica, se pondrán extremadamente selectivas, y le dirán next a cualquiera (a veces sin decirle ni una palabra) sino no cumple con los requisitos mínimos, total cada chica tendrá para elegir entre esos 200 hombres que estarán en la disco. Y, precisamenteme, Benjamín no tiene todas las de ganar.
Benjamín no había sido bendecido precisamente con la belleza de Apolo, no es un chico del primer impacto, pero tampoco es un macaco como Hefesto (un Dios griego bastante horrible); digamos que es físicamente simpático, nada más. Además, tenía algunas debilidades, como por ejemplo, que no era bueno en el juego del flirteo (conquistar o enamorar a una chica), además que no era bueno en los bailes de moda, porque solo andaba metido en cuestiones de rock and roll, y por ende nunca escuchaba latin pop, ni merengue, y menos cumbia, y por eso no iba a discotecas; además, que su carácter tiende a ser poco alegre, serio, ensimismado, misterioso y callado. Entonces, todos se preguntaran ¿qué tiene de bueno? Pues nada.
Sin embargo, Benjamín desde que Cupido lo flechó se vio obligado a hacer cambios en su vida, y así lo hizo. Para comenzar, toda su ideología y principios de rock and roll, methal, punk los mandó al tacho de basura, y , obligado tuvo que aprender a bailar merengue, salsa, cumbia, ritmos caribeños, etcétera, y lo más importante, a practicar una sonrisota kolinos en el espejo cada vez que se lavaba los dientes. Pero bueno, esa es otra historia que conté en el post Era amor y nada más (si gustan lo leen y si no, mejor).
Volviendo al tema, Benjamín termina de alistarse, sale a la calle, para un taxi, rumbo al cielo, digo la discoteca. Una vez que llega, algo tarde, divisa una cola inmensa de gente afuera. Todos ellos entran en lista, pero él no tiene paciencia, ya era tarde. Su impaciencia le cuesta una entrada para nada despreciable, pero que vale la pena. Digamos, que con el dinero que paga solo por una entrada podría tranquilamente alcoholizarse en "Producto Peruano", un sauna con discoteca incluida.
Una vez adentro, mira el panorama, un lugar de poca luz, humo de cigarrillo, música electrónica estridente, y lo más importante, chibolas lindas por doquier. Benjamín, hace el esfuerzo de buscar a una chica no tan linda, pues no lo puede creer, pero fracasa. No encuentra a ninguna, pues absolutamente todas las chicas están 15 puntos para arriba (aprobadas). Lo primero que hace es ir a comprar un trago para calentar motores, y se topa con otra mini cola, pero la hace sin ningún problema. Luego se dirige a la barra, y le pide al barman un pisco sour. Mientras espera que se lo preparen, distrajo la vista con un par de diablitas muy risueñas que estaban bailando juntas y toqueteándose un poco, muy cerca a la barra. Que viva la libertad sexual carajo, piensa Benjamín, mientras observaba ese espectáculo impúdico.
-Caballero, su trago. Dice el Barman amablemente.
(...)
-¡Caballero, su trago! Repite el Barman por cuarta vez, algo molesto.
-Este, disculpa broder...gracias. Reacciona Benjamín.
El ambiente es muy bueno, con música electrónica demasiado tonera, buenos tragos y ni que decir de las mujeres. Benjamín toma su trago para empilarse y comenzar a dejar de ser él mismo. Porque, si te quieres ganar esa noche a la chica que realmente buscas en las condiciones que brinda una discoteca, a menos que te parezcas a Brad Pitt en "Leyendas de pasión", o bailes como Chayanne, no es suficiente ser tu mismo, mejor dicho !no seas tú mismo¡. En otros lados quizás te baste ser tú mismo para ligar, pero en una disco no. De manera que, unos sorbos de pisco sour bastan para que Benjamín finja ser alguien que no es o sea un tipo, aunque ustedes no lo crean, carismático, pero sin llegar a ser tan antipático como el Chacota de Cristal.
De pronto su radar emite una señal inequívoca. De la nada voltea, y ve a una pelirroja bailando con sus amigas, de repente no es la mujer de sus sueños, pero que con el humo, la música estridente y las luces la chica parece una diosa ante los ojos de Benjamín, que se queda con la mandíbula abierta, señal inequívoca del impacto visual. La chica es muy guapa, de pelo chocolate rojizo, y con un sonrisa, que por si sola ilumina ese antro de poca luz.
En eso Benjamín, ve a un tipo que intenta abordarla, tenía su pinta, pero la chica no le hace caso, y sigue su camino. Luego, ella se encuentra con sus amigas, y empiezan a hablarse al oído y luego a bailar entre ellas. Benjamín, para no perderles el rastro, trata, ante la multitud, de acercarse disimuladamente hacia ella "bailando" también. Una vez cerca, y haciendo un gran esfuerzo logra escuchar que sus amigas la llaman con el nombre de Maite. Luego divisa, que viene otro tipo, que viéndola bailar sola, de la manera más amable que pueda existir la invita a bailar, pero ella se niega nuevamente esbozando una sonrisita hipócrita "no, gracias", él insiste, pero ella hace una mueca como diciendo "agh, me ves con cara de querer bailar contigo", y eso basta para que el tipo se aleje. Benjamín celebra esa actitud, pero también temía correr la misma suerte. Sería fatal que lo manden al diablo a la primera.
Ella seguía bailando con sus amigas, muy feliz, levantando las manos cigarro en mano como una loca, y eso derretía más a Benjamín. Luego de un par de canciones, Maite con sus amigas salen a la terraza, que es un ambiente despejado al aire libre que tiene la disco, donde se puede conversar y tomar unos tragos tranquilamente. Maite quería inmortalizar el momento, así que empieza a tomarse miles de fotos con sus amigas, fotos que luego pasarían, con escala en el photoshop, al Facebook.
La oportunidad había llegado, ya no había más tiempo que perder. Lo primero que piensa Benjamín, es generar un accidente casual, un contacto físico, de manera que se pueda dar la oportunidad de intercambiar algunas palabras. Al inicio cree que la mejor manera de hacer el contacto era bailando, pero luego se arrepiente, quedaría como un estúpido. De solo pensarlo, ya quiere que se lo trague la tierra. De modo que, cambia su estrategia, y sigilosamente, mientras conversaba con unos amigos y como quien no quiere la cosa, se acerca y se coloca de espaldas muy cerca a su grupo de amigas.
De pronto, una de sus amigas, la que toma las fotos, tropieza con Benjamín. Él se voltea, se miran, y luego ella le dice:
- Sorry.
- No te preocupes, dice Benjamín, y luego añade:
-¿Quieren que les tome una foto a todas juntas?
-Si, porfa, gracias. Dice Maite muy contenta. (Al fin alguien les había leído el pensamiento).
-Júntense más. Ya está.
-Te pasaste, ¡gracias! ¿Nos puedes tomar otras fotos?, porfis.
-Sí, claro. Listo.
-¡Gracias!, puxa no hay mesas libres, ahora ¿qué hacemos? Comenta Maite con sus amigas.
-He venido con un par de amigos, pero se han desaparecido, prácticamente estoy solo en esta mesa, si quieren la podemos compartir. Sugiere Benjamín.
-Ya mostro, eres divino. Dice Maite, mientras coloca sus cosas en la mesa.
-¿Quieren que les invite algo de tomar?
-Así, ya normal, chévere. Creo que mis amigos iban a traer trago, pero, igual gracias.
Todo estaba saliendo perfecto, aunque aun tenía que ser cauto porque aun lo podían mandar al diablo. Como no todo podía ser color de rosa, llegan sus amigos, trayendo un par de botellas de tequila "Jose Cuervo", seguro para embriagarlas y aprovechar ese estado, y dar riendo suelta a sus bajas pasiones (que son las mejores). Benjamín ve que esas chicas, al parecer tranquilas, están dispuestas a tomarse todo ese tequila. Él les advierte que no se lo tomen muy rápido, pues corren el riesgo de acabar en el baño vomitando y no disfrutar la fiesta. Sus amigos no les dicen nada, no les conviene, y comienzan a servirles vaso tras vaso, ellas no hacen caso al consejo de Benjamín, y al cabo de un rato el tequila cobra su primera víctima, su amiga Lucia no podía más y tuvo que irse a casa temprano. En realidad, a Benjamín no le importaban las amigas, solo se preocupa por Maite, y en enseñarle en como tomar el tequila.
Benjamín, se acopla al grupo, y hablan, toman, se ríen, se divierten y se toman fotos. Tantos tequilas y vodkas están haciendo efectos en el estómago de Benjamín, así que decide ir al baño. No le avisa a nadie y simplemente desaparece del grupo de Maite. Llega al baño y lo encuentra echo mierda, lleno de chibolos y apestando a marihuana. Uno de los que andaba por ahí le dice a unos sus amigos: "oe huevón metete unos tiros y vas a quedar parado toda la noche, vas a ver", el otro contesta sin el menor titubeo, "ya pásatelos". El país no tiene futuro, y él tampoco, piensa Benjamín.
Había comenzado la hora punta del baile, hora en que todo el mundo empieza a bailar enloquecida por la música electrónica, y en donde del techo caen pica pica y globos largos, y del suelo sale humo de utilería. Benjamín, sale del baño, compra unos cigarros y, luego busca a Maite, y la encuentra bailando con sus amigas y amigos. Bailan en grupo, no hay parejas. Benjamín, enciende su cigarro y empieza a bailar junto a ellas. El Dj pone una electrónica, pero cuerpo se mueve al ritmo de hip hop, merengue, break dance y el paso de "la malagua" del Puma Carranza. Pero que importa cómo se baile, lo importante es divertirse, es su filosofía (de consuelo).
En eso se encuentra con Maite, él se le acerca, y empiezan a bailar juntos. Ella pone sus dos manos sobre su cuello, y él la agarra de la cintura, ambos se ríen, ambos están locos, y siguen bailando entre la multitud enloquecida. De pronto, sus amigas la jalan, y se va con ellas, Benjamín, en silencio, recuerda a las madres de sus amigas con cariño. Luego se sienta en el sillón, enciende un cigarro y observa como bailan. Estaba a un paso de la gloria, pero también piensa que de repente esta tan solo jugando con él, en realidad ambos juegan, ambos se divierten.
Acaba la música, y Maite se sienta a su lado, esta cansada de tanto bailar. Intenta hablarle a Benjamín, pero con la música tan estridente, no puede oír ni un carajo lo que dice. Entonces, Benjamín la empieza a mirar fijamente con un aire de seriedad y misterio, la coge de la mano y salen a bailar nuevamente. Mientras bailaban, ya algo más suave, digamos merengues, empiezan a conversar.
- ¿Cómo te llamas? pregunto ella.
- Me llamo Benjamín. Y tú te llamas Maite ¿no?
- Si, ¿cómo sabias?
- Lo escuche de tus amigas. ¿Tu novio no vino contigo?
- No pudo, estaba cansado.
En realidad, Maite no tenía novio. Y si parecía que le gustaba ¿porque le dijo que tenia novio? La verdad, yo tampoco tengo ni idea, quién entiende a las mujeres, en fin. Obviamente, Benjamín no le creyó, pero le siguió la corriente. También qué novio dejaría a una chica tan guapa y coqueta ir sola a una discoteca llena de depredadores, tendría que ser un perfecto idiota, pero a ellas les gustan así, idiotas, y Benjamín no estaba muy lejos de serlo.
Siguen bailando, hablando, tomando y divirtiéndose. Ella se ríe y Benjamín siente que nunca antes la había pasado tan bien como la estaba pasando con ella.
- Te ves muy feliz engañando a tu novio. Dice Benjamín.
- jaja, tonto, oie ¿Vamos a tomarnos unas fotos a la terraza Malboro?
- Ya, vamos...
La terraza Malboro, es un lugar de la discoteca donde te toman fotos de estudio, para que inmortalices tu noche de juerga. Maite llama a sus amigas, pero ellas no quieren, ya no tienen cara, por culpa del tequila que sus amigos trajeron. De manera, que solo se van ellos dos, se toman un par de fotos y vuelven a la pista de baile. Maite esta imparable, así que otra vez empiezan a bailar, hablar, y en general a pasarla bien juntos, se notaba que había mucha química.
(...)
Cuatro y media de la mañana. Sentados en un sillón, ya eran prácticamente una pareja de enamorados, muy acaramelados. Benjamín, ya no podía conjugar bien el sujeto y predicado de sus oraciones, de modo que decidió hablar en otro tipo de idioma, que dice más que unas simples palabras: los besos. ¡A la mierda! prefiero arrepentirme de hacerlo que de no hacerlo, pensaba Benjamín dándose valor que por lo general no tenía. De pronto ella recibe una llamada.
-Aló mamá, ¿ya vienen?, esta bien dentro de 15 minutos.
-¿Como, ya te vas?, si aún es temprano.
-Sí, bueno, a mis padres no les gusta que me quede muy tarde, luego no me dejan salir.
-¿Tú crees que nos volvamos a ver?
-Pues no lo sé, quién sabe.
-A mi me gustaría.
-jaja a mi también, oie que hacemos acá sentados, vamos a bailar, que ya me voy.
El tiempo se pasa volando, y ella recibe una llamada, ya la esperaban. Les avisa a sus amigos que se tiene que ir, y ellos tambien deciden irse. Alistan su cosas, se abrigan, y una vez que llegan a la puerta trasera de la discoteca, Maite le dice a Benjamín:
- Bueno, ya me tengo que ir. Me he divertido mucho contigo, eres lindo, sabes....
- Tu más, la he pasado de lujo también.
En la despedida, ambos se miran fijamente, Maite sonríe, Benjamín acerca su rostro al rostro de Maite e intenta darle un beso. Ella, se niega, y le dice que no puede porque tiene novio.
-Él no tiene porque saberlo.
-Sí, pero igual, mis amigas me están viendo.
-Bueno, esta bien...suerte
En eso Maite se acerca a Benjamín, rosa sus labios con los de él y le da un piquito.
-Ahora si me tengo que ir, Benja, me están esperando.
Ella sale de la discoteca, con todos sus amigas, que también se van con ella, las dejará en su casa, es un amor. Benjamín, se toca los labios, y empieza a sentir algo que hace tiempo no sentía, y que era algo parecido a la felicidad. Luego regresa a la disco y busca a sus a amigos, para tomar algo e irse también, ya no tenía sentido quedarse. Cuando de pronto:
-¡Mierda!
Benjamín sale corriendo afuera, no le importa que ya no lo dejen entrar, logra verla, y le grita:
-¡Maite!
-Pucha que estúpido que soy. Maite, este... que te parece si me das tu número, y nos hablamos luego, con más tranquilidad, con la bulla no pudimos hablar casi nada ¿qué dices?
-Y si no quiero. Dice Maite en clave de humor.
-Pues, no me veras nunca más.
-Mejor jaja, mentira, está bien anótalo es XXXX-XXXX
-Bueno, ahora si me voy, bye, cuídate.
Benjamín estaba comenzando a ser el mismo, se había olvidado lo idiota que podía ser a veces. Ya no podía entrar a la discoteca, no lo dejarían, así que no le queda otra opción que irse. Toma un taxi, y en el camino piensa que ha tenido mucha suerte, que ha encontrado a una chica guapa, deliciosamente loca y que se veía feliz engañando al novio que no tenía. Benjamín empezó a sentir una sensación rara, quizás estaba empezando a quererla de una manera que creyó ya no existía en lo más profundo de sus entrañas.
(...)
Como menciones al inicio Benjamín había salido solo a distraer la mente, pues se había peleado con su enamorada, y ello le había puesto la mente a mil, que si no la distraía corría el riesgo de hacer cagadas. De manera que se fue a una disco, y tuvo la suerte de encontrar a una chica que se interese en él (si le da su teléfono es por algo, además le dió un pico, señal que le debe gustar). Si bien es cierto una discoteca es un lugar donde puedes encontrar miles de chicas, no necesariamente te vas a ganar a una, pero hay excepciones.
[Los dejo con "Illusion" de Benny Benassi y "Antro selectro-on", demasiado toneras.]
[Con ustedes, mi amor plutónico, Aishwarya Rai. La mujer más bella de la India y del mundo en opinión de muchos, y la mía porsupuesto.]